La VIA FRANCIGENA del Sur: de Roma a Jerusalén casi como un cruzado.

En la Edad Media, muchos peregrinos, después de haber llegado a Roma, continuaron hacia Tierra Santa. Así se fue formando la VIA FRANCÍGENA DEL SUR, o de Jerusalén o vía Romea para aquellos que caminaban en la dirección opuesta hacia la capital de Italia desde otros lugares.

Tras el despertar de la VIA FRANCÍGENA, este trazado también se ha revitalizado gracias a un trabajo de años y que recorre la Via Appia Antigua y la Via Appia Trajana. Desde Roma hasta la costa de Puglia, el viaje consta de 30 etapas a través de una tierra suspendida entre el cielo y el mar, con la mirada hacia Tierra Santa y que lleva a los puertos de embarque del Sur de Italia, en los cuales también se embarcaron miles de cruzados.

La VIA FRANCÍGENA DEL SUR une el Oeste con el Este, el cristianismo con el paganismo, la Edad Antigua con la Edad Media, a través de un itinerario entre pavimentos romanos y caminos antiguos, templos paganos, catedrales majestuosas y santuarios cristianos, suaves colinas y vistas montañas escarpadas. Sin duda es el acceso al mayor puente entre Oriente y Occidente.

Sin embargo, no es mucha la información que se puede encontrar todavía sobre la VIA FRANCÍGENA DEL SUR para poder realizarla cómodamente. Tan solo alguna guía que se puede encontrar en Italia. Por otra parte la infraestructura de albergues es muy inferior a la del resto de la VIA FRANCÍGENA que a su vez tampoco es muy amplia. Todo esto hace que la VIA FRANCÍGENA DEL SUR sea si cabe un reto mayor al llegar a Roma, como colofón de la VIA FRANCIGENA o bien como siguente etapa para los peregrinos que se dirigen hacia Jerusalén sin pasar por los Balcanes.

La VIA FRANCÍGENA DEL SUR lleva hasta la ciudad de Bari, si bien los que dispongan de menos tiempo pueden llegar hasta la ciudad de Monte Sant’Angelo, más al norte. Al llegar a Bari se puede continuar por el Sur de la región de la Puglia para alcanzar diferentes puertos como el de Brindisi y embarcar de ahí hasta Israel.