De Biarritz a Roma a pie con 79 y 75 años. Los 2200 kms de unos valientes.

De Biarritz a Roma por Suzanne de Beaumont

De Biarritz a Roma por Suzanne de Beaumont

Hoy me ha llegado a casa un regalo, una nueva señal del camino, de que la Vía Francígena sigue viva. Se trata del libro de Suzanne de Beaumont titulado «De Biarritz a Roma: 2200 kms a pie» de reciente aparición en Francia y en el que narra su viaje por el Camino de Santiago y la Vía Francígena en el verano del año 2012.

Yo tuve la suerte de encontrármelos en Mortara, en la Abadía de Sant Albino en un caluroso día de julio de la Llanura Padana italiana llena de mosquitos y arrozales. Fui corriendo a su encuentro cuando una pareja de italianos me dijeron que dos vascos, franceses, justo acababan de pasar. No sé a quién esperaba encontrarme, pero me topé con una maravillosa pareja de jóvenes de 79 y 75 años de edad. Ella, Suzanne, mayor que él, Philippe. Ambos llevaban ya casi dos meses andando desde su localidad, Biarritz en la costa vasco francesa, por el Camino de Santiago a la inversa, por la Vía Tolosana, para llegar a Monginevro y atravesar Italia hasta Roma por la Vía Francígena.

Como ellos mismos se definen en su libro que acaban de autoeditar, «han emprendido este viaje como un desafío al papel que la sociedad les impone. A su edad la vida se acaba. Pero rechazan este destino impuesto. Ellos han demostrado, y se han demostrado a si mismos, que ellos solos y la providencia deciden su suerte y su destino. Son conscientes de haber vivido largos años protegidos de accidentes, o de hechos ineluctables y definitivos por… la suerte o la providencia.  Este viaje hay que hacerlo, vivirlo en compañía, sentir esos azares, las esperanzas, las dificultades, las repeticiones, las sorpresas buenas y malas, la diversidad y su longitud. Y al final, la esperanza y el sueño.»

Philippe y Suzanne De Beaumont

Philippe y Suzanne De Beaumont

Con esas dificultades, propias de su edad y de un verano ciertamente caluroso, el del 2012, llegaron a Roma, algo más tarde de lo previsto, pero felices y juntos. Recuerdo ese día en Mortara cuando el Padre Nuncio, nos explicaba los restos de la presencia de Carlomagno en la Abadía de Sant Albino, y la cena con los Beaumont, y Silvio y Emily. Y la última vez que los ví, a las 5 y media de la madrugada del día siguiente mientras yo me alejaba de Suzanne y Philippe por la carretera rodeada de arrozales y mosquitos que justo se despertaban para acompañarnos en la jornada. Eso es el camino, y éste no se acaba. Esto es la Vía Francígena.

Dónde comprar el libro:
http://www.bopresse.fr/biarritz-a-rome.htm